Es Ley el nuevo Código Urbanístico de la Ciudad

Luego de algunos cambios, fue aprobado en segunda lectura. Se mantuvieron ejes como la preservación de los pulmones de manzana y los usos de los barrios.

Cerca de la medianoche del jueves pasado, se convirtió en ley el nuevo Código Urbanístico (CUR), que define las reglas de edificación en la Ciudad Buenos Aires por los próximos cuatro años. Los pilares de la iniciativa fueron la identidad barrial, la capacidad constructiva adicional y el impulso de la zona sur.

La sesión del jueves pasado en la Legislatura fue maratónica. Convocada a las 9, tuvo una demora de cinco horas por diferencias entre el oficialismo y los libertarios. El proyecto para actualizar el CUR recién comenzó a tratarse después de las 22.

Fue aprobado en segunda lectura luego de seis meses de debate y ocho jornadas de audiencia pública, con 31 votos a favor, 11 en contra y 18 abstenciones.

Entre los votos negativos estuvieron los del bloque de La libertad avanza que responde a Pilar Ramírez, los diputados del PRO de Patricia Bullrich y la izquierda. Por su parte, Unión por la Patria se abstuvo.

“La Legislatura acaba de ratificar la nueva normativa para construir en la Ciudad, un compromiso que asumí con un objetivo bien claro, preservar la identidad de los barrios. El nuevo código va a ser clave para que fomentemos el equilibrio y para que sigamos promoviendo el desarrollo del sur, con más y mejores incentivos para quienes decidan invertir en esa zona. También vamos a priorizar los grandes desarrollos en las avenidas para cuidar la fisonomía de las calles más chicas y tranquilas”, sostuvo Jorge Macri.

Tras su aprobación en primera lectura, la realización de 15 reuniones con cada una de las comunas, una audiencia pública de ocho días y varias reuniones de comisión donde participaron vecinos, asociaciones barriales e instituciones técnicas, el texto final tuvo algunas modificaciones.

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Uno de los puntos más discutidos fue la Capacidad Constructiva Adicional (CAC), una herramienta que busca equilibrar el norte y el sur y potenciar el desarrollo de esta zona.

Se trata de que los empresarios que construyan en el sur, en áreas llamadas “emisoras de metros”, recibirán permisos para emprender proyectos inmobiliarios en polígonos “receptores de metros”, con mayor densidad y valor inmobiliario. Esto pretende incentivar las inversiones en el sur y controlar el crecimiento en otros sectores.

Se considera también como emisores de metros a los propietarios que cedan terrenos al Gobierno porteño en los barrios más densos para crear “nuevos espacios verdes de uso público” en esas áreas, y a quienes realicen obras para restaurar y poner en valor inmuebles catalogados por su valor patrimonial.

Otro de los temas que generaron polémica fue la reorganización de las Unidades de Sustentabilidad de Altura Baja (USAB). La nueva normativa fija alturas máximas de 14,60 metros para USAB 2, 12 metros para USAB 1 y 9 metros para la nueva categoría USAB 0, que buscan respetar la identidad de los barrios históricos. Además, elimina los retiros y reduce la edificación hasta la Línea de Frente Interno.

La ley también pone límites a las parcelas más grandes, permite edificios de hasta 68 metros (antes eran 90), amplía los centros libres de cada manzana (los espacios de suelo verde absorbente que habían sido limitados en el Código vigente desde 2018) y determina nuevos lineamientos para la reurbanización de barrios populares, entre otros.