Biblioteca de Parque Avellaneda: entre el reconocimiento vecinal y el gubernamental

Surgió de la gestión asociada del espacio verde y abre todos los domingos. Sin embargo, no son tomados por el Gobierno de la Ciudad como Biblioteca Pública.

La Biblioteca del Parque Avellaneda está administrada por uno de los ejes de la Mesa de Trabajo y Consenso (MTC), consolidada en la Ley 1153 como una instancia de participación abierta y pública ad honorem para la planificación-gestión, monitoreo y orientación del Plan de Manejo, integrada por funcionarios y vecinos u organizaciones barriales. Su historia está atravesada por esta metodología y amparada por la normativa, pero al día de hoy, no son reconocidos como una Biblioteca Pública por el Ejecutivo porteño.

Emiliano Blanco, integrante del espacio, le contó a AVISPADOS: “El grupo de trabajo de la biblioteca forma parte de la gestión asociada y figura en un proyecto llamado Medioteca en el Plan de Manejo. Ese es su inicio. Quienes la llevamos adelante hoy llegamos en 2018, cuando la encontramos cerrada al público. Desde ese momento, empezamos a trabajar puertas adentro con el ordenamiento de la colección, hasta que reabrimos en octubre de ese año”.

Trabajaron todo el 2019 en los procesos técnicos de reordenamiento, creando una base de usuarios, renovando la colección y articulando con los demás grupos de trabajo, pero en 2020 debieron cerrar por la pandemia y no pudieron volver a abrir hasta principios de este año.

Sin embargo, su punto de partida fue mucho antes, más precisamente en el 2005, cuando por medio del grupo de trabajo de Educación, se trasladó las horas de Josefina Mandaradoni, una docente con tareas pasivas del distrito, al Parque. Ella comenzó con la conformación del establecimiento, que funcionó hasta el 2012, cuando la Casona se incendió y debió cerrar para reparaciones y reformas.

Antes de que pudiera ponerse en marcha nuevamente, Mandaradoni falleció y el sitio permaneció cerrado hasta que aparecieron quienes la administran al día de hoy.

Desde el comienzo de esta etapa, la gestión la lleva a cabo un grupo de trabajo voluntario conformado, en primera instancia, por docentes, recreadores y bibliotecarios, a los que luego se le sumaron vecinos que se entusiasmaron con la propuesta.

Así lo relató Blanco: “Éramos un grupo de estudiantes de bibliotecología que conocíamos gente que estaba buscando un lugar para hacer actividades relacionadas a la lectura. Al mismo tiempo, estábamos tratando de darle destino a la gran colección que era de una biblioteca popular que funcionaba en el Corralón de Floresta, que perdió el sitio cuando se reorganizó. Un poco motivados por eso y otro por el interés personal nos acercamos al plenario de la MTC sin saber muy bien cómo era el funcionamiento, era una reunión de vecinos para nosotros”.

Además, comentó que en su principio se contempló con un carácter más archivístico. En el documento realizado a raíz de las Jornadas de Actualización del Plan de Manejo del 2006 se la define “como un centro de documentación global que contemple el registro auditivo, escrito y visual”. Pero luego se revisó ese objetivo, para hacerla más generalista, que ampliara su visión y se abriera más a la comunidad.

Reconocimiento

A pesar de toda la labor detrás de su creación y mantenimiento, desde el grupo de trabajo denuncian que no son considerados por el Gobierno porteño.

“La biblioteca figura en el Plan de Manejo, forma parte de la Mesa de Trabajo y Consenso y funciona en articulación con la gente que coordina la Casona, tanto el administrador del Parque como la coordinación de Cultura. Me parecen sutilezas difíciles de solventar. Si vos vas a preguntar a la Dirección General de Promoción del Libro, Bibliotecas y la Cultura de la Ciudad por supuesto que no la reconocen y nunca supieron dar una respuesta a la situación”, explicó Emiliano Blanco.

Y agregó que no está institucionalizada, es decir, no hay ningún dictámen, resolución, ni nada que diga que la Biblioteca de Parque Avellaneda existe como tal.

“Existe en los distintos acuerdos de la MTC y el Plan de Manejo, que a nuestro entender tienen fuerza de ley, porque es así como trabaja la ley de gestión asociada. No es un capricho de un grupo, sino que es algo que existía previamente y nosotros simplemente lo que hicimos fue ponerlo en condiciones y abrirlo al público, mientras horadamos la piedra, que a veces más que una piedra parece una montaña de un GCBA que ignora muchas veces lo que pasa a través de la administración asociada”, denunció.

Uno de los principales reclamos y consecuencias de esta falta de reconocimiento es no contar con un bibliotecario remunerado, que podría hacer que abra más días a la semana, además de los nulos recursos materiales y económicos con los que cuentan.

A pesar de que tuvieron reuniones con funcionarios de la Dirección, a la que pertenece la Red de Bibliotecas, y con el ministro de Cultura en varias oportunidades, nunca se concretó nada.

“La Dirección y el ministro están al tanto pero no terminan de pasar las cosas que deberían pasar. En nuestro entendimiento si figura en el Plan de Manejo, si ya existía antes de nuestra llegada y si la comunidad la identifica, no necesita una institucionalización a través de una resolución porque ya existe como tal”, concluyó.

La Biblioteca de Parque Avellaneda funciona todos los domingos de 15 a 19 en la planta baja de la Casona de los Olivera.

Actualmente, no reciben donaciones de libros pero cualquier interesado en leer y asociarse puede acercarse o contactarlos por Facebook, Instagram o por mail a biblioparquea@gmail.com.