Se viene un nuevo homenaje al Padre Mugica

A 49 años de su asesinato, mañana se realizará el acto y marcha de antorchas en Mataderos y la misa en Villa Luro para recordarlo.

Organizado por la Comisión Permanente de Homenaje al Padre Carlos Mugica, el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres y Curas Villeros, el próximo jueves desde las 18 se realizará la tradicional conmemoración del asesinato del sacerdote tercermundista.

Su homenaje comenzará en la Plaza Salaberry (Alberdi y Pilar, Mataderos), donde falleció luego de ser baleado por la Triple A en la Iglesia San Francisco Solano de Zelada y White (Villa Luro). Hacia allí se hará la marcha de antorchas.

Luego, a las 20 en esa Iglesia, se llevará a cabo una misa en su memoria.

“Su ejemplo de vida y militancia nos invita a luchar hoy más que nunca por la justicia social y la liberación de nuestro Pueblo”, expresó la integrante de la Junta Comunal 9 Lorena Crespo en sus redes sociales.

Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe, conocido como el Padre Carlos Mugica, nació en Villa Luro, el 7 de octubre de 1930 en el seno de un hogar aristocrático. A los 21 años abandonó sus estudios de abogacía en la Universidad de Buenos Aires e ingresó en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires. El 20 de diciembre de 1959 fue ordenado sacerdote en la Catedral porteña.

En el golpe de estado de 1955 se acercó al peronismo, en el que encontró similitudes con el evangelio. La mayor parte de su labor comunitaria y militancia la realizó en la Villa 31 de Retiro, donde creó la Parroquia Cristo Obrero.

Además, realizó tarea pastoral en la Villa del Puerto y fue asesor espiritual de la Juventud Estudiantil Católica del Colegio Nacional de Buenos Aires y de la Juventud Universitaria Católica de la Facultad de Medicina.

En 1972, Perón le ofreció un lugar en Bienestar Social, al que luego renunció por la presencia de José López Rega.

El 11 de mayo de 1974 murió asesinado a balazos cuando salía de misa. La investigación posterior demostró que Almirón, custodio de López Rega y juzgado por ese crimen, había estado, junto con un comando de la Triple A, en el último banco de la Iglesia donde lo mataron.

Hoy los restos del impulsor del movimiento de curas villeros descansan en la Villa 31. El traslado, sugerido por el Equipo de Sacerdotes para las Villas de la Arquidiócesis de Buenos Aires, se hizo efectivo el 9 de octubre de 1999.